Según el RENAPER (una institución estatal que goza de tanta confiabilidad como su hermana, el INDEC), nací mediados del siglo pasado, pero la verdad es que no lo recuerdo porque yo era muy pequeño.
Ya desde temprana edad, mi curiosidad me llevaba a desarmar radios y televisores para tratar de develar los misterios de su funcionamiento.
Y aunque rara vez lograba restaurar esos artilugios a su estado original, un discutible test de orientación vocacional determinó que mi futuro debía estar dirigido hacia las cuestiones técnicas.
Eso me llevó a transitar por los seis años de mi añorada E.N.E.T. N° 1 de Bahía Blanca, la "Indu" cómo la llamábamos, y luego por otros siete en la Universidad Tecnológica Nacional.
La mítica Escuela "Industrial" de Bahía Blanca: Los autos que aparecen en esta fotografía sugieren que la misma es de los años '70.
Allí adquirí un amplio bagage de conocimientos, que son los que me sirven para entender el funcionamiento de muchos instrumentos musicales y electrónicos, pero no para ejecutarlos, la que tal vez hubiera sido una de las vocaciones que me habría hecho feliz.
Las tediosas clases de Castellano de la profesora Alvarez Morán y su perversa obsesión por descuartizar oraciones en sujeto, predicado, complementos directos y otra infinidad de detalles sangrientos me convencieron de que esa era una materia aborrecible.
Fue por eso que recién llegando a mis 40, y estudiando la carrera de Periodismo, la querida "profe" de Lengua y Literatura Betty Gorla logró despertar otra de mis vocaciones dormidas , la de escribir.
Por supuesto, iba a ser imposible ejercer esta vocación en una ciudad que tiene bien ganado el mote de "la chacra asfaltada", de la que se conoce mas a Rocio Marengo que a Antonio Volpe, y donde el paradigma del periodismo está encarnado por La Nueva Provincia (el agua), que apoyó a todas las dictaduras y ha defendido un ideario radicalmente incompatible con el mio (la corriente eléctrica), de tal manera que mis aportes en ese campo se redujeron a una publicación que hablaba sobre la corrupción en una institución propia del subdesarrollo, como fueron los "Clubes del Trueque" en la época en que el suegro de Shakira salía del trabajo en helicóptero, y que fue tan efímera como esa institución.
Sin embargo, mi paso por la carrera de Periodismo iba a derivar en el acontecimiento más importante de mi vida, conocer a María Cecilia, la mujer que estaba destinada a ser mi amadísima esposa: